viernes, 16 de marzo de 2018

El plan de la NASA para desviar un gran asteroide con una bomba atómica


Las agencias espaciales europea (ESA) y estadounidense (NASA) están investigado ya la viabilidad de los llamados impactadores cinéticos, naves capaces de desviar asteroides en el caso en que una de estas moles se dirigiera contra la Tierra. No se trata de una tecnología superflua: los científicos saben que es cuestión de tiempo, quizás un año, quizás décadas o quizás mucho más, que un asteroide dañino se estrelle contra la Tierra.
Científicos e ingenieros han presentado, en la revista Acta Astronautica y tal como ha informado BuzzFeed News, el que es un concepto de impactador cinético realmente impresionante. Se trata HAMMER (de «Hypervelocity Asteroid Mitigation Mission for Emergency Response» y en alusión a «martillo», en inglés), un vehículo diseñado para desviar asteroides con su masa o bien con la ayuda de una cabeza nuclear.
En teoría, y siempre que los sistemas de detección tengan recursos para alertar de la llegada de un asteroide con el suficiente tiempo de antelación, se podría enviar varias naves HAMMER, cada una de ellas de 8,8 toneladas de peso (una masa comparable a la de grandes satélites o naves pequeñas) a chocar contra el objeto para desviarlo de su trayectoria.
En el caso de que la amenaza fuera demasiado grande, los impulsores de HAMMER dejarían a un lado las sutilezas: en ese caso, las naves irían equipadas con cabezas de guerra.
«Siempre que sean prácticos, preferimos los impactadores cinéticos, pero varios factores, tales como la gran incertidumbre o el escaso tiempo de repuesta (a causa de la posible detección tardía de los asteroides y el enorme margen de maniobra que se necesita para desviarlos), reducen su eficiencia», escriben los investigadores. En esos casos, solo una inmensa explosión podría tener la capacidad de desviar a los asteroides para evitar una catástrofe.

¿Cómo frenar a Bennu?

Los investigadores crearon el concepto de HAMMER a través de modelos numéricos. Consideraron un escenario en que un asteroide, de tamaño similar al de Bennu, con unos 500 metros de longitud, se dirigiera a nuestro planeta (de momento, la máxima probabilidad de que esto ocurra tendrá lugar el 21 de septiembre de 2135, y es de una entre 2.700).
«Escogimos Bennu porque es el objeto próximo a la Tierra más estudiado», han escrito los autores. «Además es el destino de la misión OSIRIS-REx de la NASA (que recogerá muestras de su superficie en verano y las traerá a la Tierra en 2023)».
En el estudio, los expertos calculan lo que haría falta para desviar los 79 millones de toneladas de Bennu. La idea sería enviar varias naves HAMMER a estrellarse contra el asteroide en una serie de choques a 35.400 kilómetros por hora para ralentizar al objeto y permitir que el Sol lo acercase hacia su superficie.
La investigación está en una etapa de concepto y forma parte de un estudio más amplio con el que la NASA está evaluando la amenaza y la posible respuesta a los asteroides. El equipo impulsor de HAMMER discutirá sus resultados en mayo en una conferencia sobre estos objetos.

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