Agapazado en el centro de nuestra galaxia se encuentra un agujero negro supermasivo que los científicos confirmaron hace algo menos de una década. Desde su descubrimiento, numerosos estudios han tratado de monitorizar la actividad de Sagitario A (Sgr A*), fotografiando el agujero negro escondido en el centro de la Vía Láctea. En sus proximidades los investigadores han puesto ahora a prueba el último gran reto de Albert Einstein.
El Very Large Telescope (VLT) del Observatorio Europeo Austral y otros telescopios han apuntado al agujero negro supermasivo, situado a 26.000 años luz de la Tierra y cuya masa es cuatro millones de veces la del Sol. Pero en esta ocasión su objetivo no se centraba en conocer cómo era Sagitario A, sino más bien entender cuál es el comportamiento de las estrellas que orbitan alrededor del agujero negro a gran velocidad.
Sus resultados, publicados en la revista Astrophysical Journal, muestran que la órbita que sigue la estrella S2 se desvía ligeramente de la ruta calculada por la física clásica. Según su investigación, aparentemente solo se altera un pequeño porcentaje en la forma de su trayectoria, que representa apenas una sexta parte de un grado en la orientación de la órbita. Es la primera evidencia de los efectos de la teoría de la relatividad general, propuesta por el científico hace algo más de un siglo, en estrellas que giran alrededor de un agujero negro supermasivo.
agujero negro
La ilustración muestra las órbitas de las estrellas cercanas al agujero negro supermasivo del centro de la Vía Láctea. Crédito: ESO/M. Parsa/L. Calçada.
"El centro galáctico es sin duda el mejor laboratorio para estudiar el movimiento de estrellas en un entorno relativista", explica Marzieh Parsa, autora del trabajo y estudiante de doctorado en la Universidad de Colonia (Alemania). Los investigadores utilizaron las precisas herramientas del telescopio VLT para conocer con exactitud no solo dónde se encontraban las estrellas más cercanas al agujero negro, sino también la posición de la estrella S2 cuando se alejaba de su centro. Estos últimos datos, de hecho, les permitieron calcular la ligera desviación de la órbita de S2 como consecuencia de la relatividad.
"Es muy reconfortante que S2 muestre efectos relativistas, tal y como era de esperar basándonos en su proximidad a la extrema concentración de masa que hay en el centro de la Vía Láctea. Esto abre una vía para hacer más teoría y experimentos en este área de la ciencia", sostiene Vladimir Karas, coautor del estudio y miembro de la Academia de Ciencias de Praga (República Checa). Sus resultados además aportan información más precisa sobre la masa del agujero negro y de su distancia con la Tierra. En concreto, los científicos confirmaron que Sagitario A cuenta con una masa 4,2 millones de veces superior a la del Sol y que se localiza a 27.000 años luz de nuestro planeta.
El trabajo presentado ahora, aunque muestra evidencias preliminares que deben confirmarse en un futuro, es un buen preludio de las observaciones que se realizarán a partir del año que viene. En 2018 la estrella S2 se acercará mucho al agujero negro supermasivo, un momento que será aprovechado por los investigadores para medir de forma mucho más precisa su órbita gracias al instrumento GRAVITY. La instalación, situada en el telescopio VLT, comenzó a funcionar en 2016 y ya está apuntando hacia el centro de la Vía Láctea. Los astrónomos también defienden que estos análisis podrían confirmar desviaciones desconocidas de la relatividad general que abrirían la puerta a una nueva física.