Situado a unos 320 años luz de nosotros en la constelación del Centauro, el planeta es una gigantesca bola de gas –por lo que no hay en él ningún ser que pueda disfrutar de su cielo– y su existencia en un sistema de tres estrellas ha sorprendido a los astrónomos que publican el descubrimiento la revista ‘Science’.
El sistema de HD 131399 está formado por una estrella principal (A) un 80% más masiva que el Sol y dos más pequeñas (B y C) que orbitan una alrededor de la otra a una distancia equivalente a la que hay entre la Tierra y Saturno, y en torno a la principal (A) a unas 300 unidades astronómicas (UA). Una UA es la distancia que separa la Tierra del Sol; equivale a 150 millones de kilómetros. El planeta, que cuadruplica la masa de Júpiter y tiene una temperatura de unos 580 grados centígrados, gira en torno a la estrella más grande a un tercio de la distancia entre ésta y la pareja B-C, unas dos veces el abismo que hay entre el Sol y Plutón en nuestro sistema solar.
Los científicos han visto el nuevo mundo con el instrumento ‘SPHERE’, instalado en mayo en el Telescopio Muy Grande del Observatorio Europeo Austral (ESO), en Chile. «Gracias a ‘SPHERE’ han podido tapar la luz de la estrella principal y ver la que refleja el gigante gaseoso», explica el astrofísico vasco Agustín Sánchez Lavega, que no ha participado en la investigación y destaca el poco tiempo pasado desde la entrada en funcionamiento del instrumento hasta el hallazgo. «HD 131399Ab es uno de los pocos exoplanetas que han sido captados con imagen directa y es el primero con una configuración dinámica tan interesante», dice Daniel Apai, de la Universidad de Arizona y uno de los coautores del trabajo.
Recién nacido
«Aproximadamente durante la mitad de la órbita del planeta, que dura 550 años terrestres, pueden verse tres estrellas en el cielo; las dos más débiles están siempre mucho más cerca la una de la otra y cambian su aparente separación con respecto de la estrella más brillante a lo largo del año», indica Kevin Wagner, el investigador principal. HD 131399 es un sistema estelar tan exótico que, dependiendo de las estaciones, más largas que una vida humana, uno podría disfrutar de un día de 140 años o de triples amaneceres y puestas de sol diarios.
«Ahora lo que queda por hacer son simulaciones numéricas para ver la estabilidad gravitacional de este sistema, que es muy joven», explica el planetólogo de la Universidad del País Vasco (UPV). El planeta tiene sólo 16 millones de años. Es prácticamente un recién nacido. «Se supone que un mundo de este tipo tarda en formarse entre 10 y 50 millones de años ». «Nuestras simulaciones por ordenador –dice Apai– han demostrado que este tipo de órbita puede ser estable, pero, si cambias algo del entorno, aunque sea sólo un poco, puede convertirse en inestable muy rápidamente».
Hasta ahora se creía que la existencia de planetas en orbitas estables en sistemas triples era muy poco probable por los cambiantes tirones gravitatorios de las estrellas. «No está claro cómo este planeta terminó teniendo esa órbita amplia en este sistema extremo, y no podemos decir todavía lo que esto implica para una comprensión más amplia de los tipos de sistemas planetarios, pero muestra que hay que más variedad de la que se ha considerado posible hasta ahora. Lo que sí sabemos es que, aunque los planetas en sistemas múltiples estelares se han estudiado mucho menos, son potencialmente tan numerosos como los planetas en sistemas de estrellas individuales», dice Wagner.
Recién nacido
«Aproximadamente durante la mitad de la órbita del planeta, que dura 550 años terrestres, pueden verse tres estrellas en el cielo; las dos más débiles están siempre mucho más cerca la una de la otra y cambian su aparente separación con respecto de la estrella más brillante a lo largo del año», indica Kevin Wagner, el investigador principal. HD 131399 es un sistema estelar tan exótico que, dependiendo de las estaciones, más largas que una vida humana, uno podría disfrutar de un día de 140 años o de triples amaneceres y puestas de sol diarios.
«Ahora lo que queda por hacer son simulaciones numéricas para ver la estabilidad gravitacional de este sistema, que es muy joven», explica el planetólogo de la Universidad del País Vasco (UPV). El planeta tiene sólo 16 millones de años. Es prácticamente un recién nacido. «Se supone que un mundo de este tipo tarda en formarse entre 10 y 50 millones de años ». «Nuestras simulaciones por ordenador –dice Apai– han demostrado que este tipo de órbita puede ser estable, pero, si cambias algo del entorno, aunque sea sólo un poco, puede convertirse en inestable muy rápidamente».
Hasta ahora se creía que la existencia de planetas en orbitas estables en sistemas triples era muy poco probable por los cambiantes tirones gravitatorios de las estrellas. «No está claro cómo este planeta terminó teniendo esa órbita amplia en este sistema extremo, y no podemos decir todavía lo que esto implica para una comprensión más amplia de los tipos de sistemas planetarios, pero muestra que hay que más variedad de la que se ha considerado posible hasta ahora. Lo que sí sabemos es que, aunque los planetas en sistemas múltiples estelares se han estudiado mucho menos, son potencialmente tan numerosos como los planetas en sistemas de estrellas individuales», dice Wagner.
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