jueves, 15 de marzo de 2018

Cygnus A, una de las galaxias más famosas, escondía una sorpresa en su interior


Desde que John Mitchell propusiera la existencia de semejantes cuerpos celestes en el siglo XVIII, los agujeros negros han permanecido en el imaginario de los físicos a la espera de ser desvelados. Fue el mismísimo Einstein quien consiguió demostrar la posibilidad real de la existencia de estos fenómenos tan extraños. Pero hasta la fecha, los agujeros negros siguen siendo uno de los elementos más misteriosos y fascinantes de nuestro universo. Recientemente, un equipo de investigadores del Research Institute of Liverpool, de la John Moores University, se ha topado con otro de estos gigantescos elementos en un sitio más que inesperado: la famosa galaxia conocida como Cygnus A.

La galaxia más brillante

¿De dónde proviene la fama de Cygnus A? Esta radio galaxia es una de las fuentes más brillantes del universo visible. Descubierta en 1939, Cygnus A permitió hacer descubrimientos fundamentales para la astronomía actual. Entre ellos, en 1984 permitió entender qué son los jets energéticos, descomunales chorros de partículas que se mueven a velocidades impresionantes. Estos jets se asocian con los fenómenos más energéticos del universo y son extremadamente brillantes. La observación de Cygnus A permitió marcar la capacidad técnica de la época, allá por los años ochenta. "Debido a ello, no volvimos a mirar hacia Cygnus A hasta 1996, cuando los nuevos componentes del VLA (del inglés, Very Large Array, el observatorio radioastronómico dónde se ha producido el descubrimiento) proporcionaron un nuevo rango de radiofrecuencias que observar", explicaba para la prensa Rick Perley, del National Radio Astronomy Observatory, o NRAO, y que participó en las observaciones originales de Cygnus A. Pero el nuevo agujero negro no aparecía entonces.

NASA mide por primera vez la velocidad de rotación de un agujero negro

Ni tampoco años después cuando nuevas investigaciones buscaban más información sobre esta galaxia. La brillantez de sus elementos dejaba claro que algo muy energético, un agujero negro, se situaba en su centro. Sin embargo, ni con las renovaciones se pudo observar este segundo agujero negro, cuya presencia ha surgido hace muy poco. La importancia de Cygnus A ha sido recogida tanto a nivel divulgativo como en obras de ficción. Por ejemplo, Carl Sagan ya habló de esta galaxia, que se sitúa a 800 millones de años luz de nuestro planeta. Esto es sólo una manifestación del impacto mediático (y científico) que tuvo en su momento Cygnus A, una galaxia cuyos jets "brillan" lejanos mientras su centro puede observarse en las longitudes de onda visibles. Pero, si llevamos tanto tiempo observando este punto en el cielo, ¿por qué no habíamos visto el nuevo agujero negro en su interior?

La pareja de agujeros negros en Cygnus A

El VLBA, o Very Long Baseline Array es un complejo de diez radiotelescopios que amplía las capacidades del viejo VLA. Gracias a este, en noviembre de 2016 se observó algo inusual: un objeto terriblemente brillante. Este nuevo objeto, en realidad, ya se había percibido tiempo atrás en el rango del infrarrojo. Sin embargo, no ha sido hasta ahora cuando el telescopio lo ha captado claramente. "Debido a su extraordinaria brillantez", comenta Vivek Dhawan, del NRAO, "consideramos que este objeto no podía ser una supernova". De esta conclusión, los investigadores inciden en el hallazgo de un segundo agujero supermasivo en Cygnus A. Los astrónomos creen que a lo largo de los últimos años, el añadido de nuevo material que "devorar" ha provocado la emisión de nuevos chorros y materia en los jets. Estos se han vuelto lo suficientemente brillantes como para ser captados mejor que antes. Pero, ¿qué hace otro agujero negro en el centro de una galaxia tan energética. Las primeras hipótesis apuntan a un hecho excepcional.

cygnus a agujeros negros
LIGO detectó, por segunda vez en la historia, la colisión de dos agujeros negros, como se simula en esta ilustración.
SXS.
Y es que sería el resultado de la convergencia de dos galaxias que en realidad se habrían fundido en el pasado reciente (astronómicamente hablando). "Estos dos agujeros serían una de las parejas más cercanas entre sí de agujeros negros supermasivos que jamás hayamos descubierto", explicaba Chris Carilli, también investigador del NRAO. "Probablemente estos agujeros terminen por unirse, ellos mismos". Este descubrimiento ayudará a los astrónomos a conocer mejor cómo llegan dos galaxias a fundirse en una sola. También nos servirá para seguir desentrañando secretos sobre las galaxias con dos agujeros negros en su centro ya que, si existe Cygnus A, podríamos encontrar más galaxias similares. Todo esto cimenta el camino que los astrofísicos llevan años recorriendo lenta pero concienzudamente. Un camino cuyo destino es entender mejor los agujeros negros y las singularidades, manifestaciones que desafían nuestros conocimientos físicos, que producen en el universo.

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