¿Qué tienen de especial dos agujeros negros que orbitan entre sí a 750 millones de años luz de aquí? Por primera vez, tras varias décadas, podemos observar a estos gigantes danzando en el universo.
Más de dos décadas de investigación han sido necesarias para confirmar una increíble sospecha: ¿hemos detectado dos agujeros negros orbitando entre sí? Sí. Así lo ha comprobado un reciente estudio de la Universidad de Nuevo México, el cual ha medido el movimiento orbital entre estos dos enormes agujeros negros supermasivos. Y es que, a pesar de llevar años y años teorizando sobre su existencia, jamás los habíamos visto.
La danza de los agujeros negros
"Durante mucho tiempo, hemos estado buscando a través del espacio para encontrar una pareja como esta", explicaba para la prensa Greg Taylor, de la Universidad de Nuevo México. "una pareja de agujeros negros supermasivos que orbitaran como resultado de dos galaxias fundiéndose". Y tras varias décadas la búsqueda ha tenido su fruto. A unos 750 millones de años luz de nuestro planeta se encuentra la galaxia conocida como 0402+379. En su interior, dos gigantescos agujeros negros danzan, girando el uno sobre el otro. Estos titanes poseen una masa combinada de quince mil millones de soles como el nuestro. Su periodo orbital es de unos 24.000 años (es decir, un año suyo equivale a 24.000 nuestros). Esto supone una auténtica dificultad para observarlos ya que, a pesar de haber estado más de una década observándolos, apenas se aprecia una ligera modificación en su curvatura orbital.
"Es como observar el movimiento de un caracol, a un centímetro por segundo, en la superficie del exoplaneta que orbita a Proxima Centauri (que está a unos 4.243 años luz de aquí)", explica Roger W. Romani, profesor de la Stanford University y parte del equipo investigador. Por suerte, los 750 millones de años luz de distancia ayudan a observarlos con detenimiento. Y es que son tan enormes, tan masivos, que necesitamos cierta perspectiva para observarlos. También se encuentran separados entre sí lo suficiente como para poder verlos separados y orbitando. En definitiva, su situación les confiere las características adecuadas para poder admirar, por primera vez en nuestra historia, semejante fenómeno.
En busca de los fenómenos más extraordinarios del universo
Pero, ¿por qué tanto interés por dos gigantes oscuros a 750 millones de años luz? Estos dos agujeros negros orbitando entre sí podría esconder importantes secretos sobre la naturaleza del universo. Entre otras cosas porque nos dan pistas sobre la formación, destrucción y vida de las estrellas, que son el origen de todo. Además, también nos ayudarán a comprender mejor la dinámica galáctica, algo tremendamente enorme y que nos cuesta mucho dilucidar. Gracias a este hallazgo tenemos una pieza más de este titánico puzle cósmico. Por otro lado, desde que Einstein los predijera en su definición de relatividad, los agujeros negros han fascinado a la humanidad. Estos fenómenos son auténticas singularidades. Se llaman así porque en ellos las leyes físicas universales dejan de tener sentido, algo que resulta terriblemente inquietante.
Pero, ¿cómo se llega a "romper el universo"? Para eso hace falta forzar dichas leyes al máximo. Esto es lo que le ocurre a las estrellas en algunos momentos de su vida. Cuando una estrella llega a ser tan masiva que colapsa, la masa de la estrella va "cayendo" hacia el interior, que se vuelve cada vez más y más denso. En un momento dado, la atracción gravitatoria se vuelve tan grande que supera los límites posibles. Es entonces cuando no deja ni tan siquiera salir la luz que pasa más allá del horizonte de sucesos. Así es como aparece un agujero negro. Si todo este proceso no fuera ya lo suficientemente interesante, la interacción de dos agujeros negros resulta aún más extraordinaria.
Por ello, este dúo es tan espectacular. No sólo espectacular, sino esclarecedor. Por si todo esto fuera poco, la relación de estos gigantes estelares con cosas tan intrínsecas al universo como son las ondas gravitacionales también es importantísima. Tal y como se anunciaba el pasado 2016, los resultados presentados por el Advanced LIGO mostraban la determinación de "susurros cósmicos" procedentes de la fusión de dos agujeros negros ocurrida hace mil trescientos millones de años. Esta detección fue determinante en la descripción de este fenómeno cósmico gravitacional. Estos dos agujeros negros, además, van por el mismo (y lento) camino. ¿Qué podremos sacar en claro de su observación? Mucho, eso está tan claro como negros son estos titanes.
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